lunes, 19 de agosto de 2013

Leer nos hace libres

Este año Mario Vargas Llosa fue invitado a inaugurar la feria del libro en Buenos Aires, y su discurso no solo habló de la belleza de los libros, la importancia transcendental de la ficción, sino que ha hablado también de la importancia de los libros para libertad, la lectura para ser libres. Y en este día de la libertad de prensa nada me parece mas oportuno que compartir con ustedes el discurso maravilloso de Vargas Llosa. Les dejo también una parte del discurso que he copiado, para que si quieren la difundan que es muy importante. 

(...)Esa mentalidad llevó a que todo un género literario, la novela, fuera prohibida durante los tres siglos que duró la colonia en todas las posesiones españolas de América. Durante 300 años no se pudo editar ni importar ficciones en las colonias americanas; el contrabando se encargó de que muchas novelas empezando por El Quijote circularan en nuestras tierras felizmente. Pero una de las perversas, o tal vez felices, consecuencias de esa prohibición fue que como en América Latina la ficción fue reprimida en el género que la expresaba mejor, las novelas; y como los seres humanos no podemos vivir sin ficciones estas se las arreglaran para contaminarlo todo, la religión desde luego, pero también las instituciones laicas, el derecho, la ciencia, la filosofía y por supuesto la política con el previsible resultado de que todavía en nuestros días, los latinoamericanos tenemos todavía grandes dificultades para discernir entre lo que es ficción y lo que es la realidad. 
Esto ha sido muy beneficioso en los dominios del arte y la literatura pero bastante catastrófico en otros en los que sin una buena dosis de pragmatismo y de realismo, saber diferenciar el suelo firme de las nubes un país puede estancarse o irse a pique.  Los comisarios políticos han remplazado en la vida moderna a los inquisidores de antaño. Vez que se ha apoderado del gobierno un fanático religioso, ideológico o un caudillo megalómano que se cree dueño de la verdad absoluta,  los libros se han visto sometidos a purgas, recortes y vejaciones para tratar de evitar que lo que ellos encarnan mejor que nadie, la diversidad humana, la variedad de ideas, creencias, puntos de vista, costumbres y tradiciones, se divulguen y contradigan la versión dogmatica excluyente y autoritaria entronizada.  Nazis, fascistas, comunistas, caudillos militares o civiles enceguecidos por los espejismos de las verdades absolutas han tratado a lo largo de toda la historia y en todas las geografías del planeta, de domesticar y embridar el espíritu creativo, sumiso y crítico, que ha sido siempre el motor del cambio, pero por fortuna siempre han fracasado. Dejando eso si en el camino una miríada de victimas, torturados, encarcelados y asesinados, que pese a la represión y a las persecuciones mantuvieron siempre viva aquella llama de libertad que anida como un alma secreta en el corazón de los libros. 
Leer nos hace libres, a condición claro está, de que podamos elegir los libros que queremos leer. Y que los libros puedan escribirse e imprimirse sin inquisidores ni comisarios que los mutilen para que encajen dentro de las estrechas orejeras con que ellos aprisionan la vida. Defender el derecho de los libros a ser libres, es defender nuestra libertad de ciudadanos, el precioso fuego que la tiza mantiene y renueva. 
MARIO VARGAS LLOSA
FRAGMENTO Del DISCURSO DE INAUGURACIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO BUENOS AIRES 2011

Siete reglas simples para esconderse en la vida

Prohibido olvidar estas siete simple reglas. 

Muy buena película por cierto. 


Siete reglas simples para esconderse en la vida

Uno. Nunca confies en un policía con piloto.
Dos. Ten cuidado con el entusiasmo y el amor. Ambos son temporales y se van enseguida.
Tres. Si te preguntan si te preocupan los problemas del mundo, mira bien a los ojos de quien pregunta. No te volvera a preguntar.
Numero cuatro y cinco. Nunca reveles tu verdadero nombre, y si alguna vez te dicen que te mires a ti mismo, nunca lo hagas.
Seis. Nunca digas ni hagas nada que la persona frente a ti no entienda.
Y siete. Nunca crees nada. Será malinterpretado, te atrapará y te seguira por el resto de tu vida. Y nunca cambiará. 
I´m not there.

De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito

Encontré este pedacito de Cortazar que me ha dejado fascinada.  Les dejo aquí el fragmento:

"...Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose.Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas..."

" Carta a una señorita en Paris". Julio Cortázar (Bestiario)

Al menos nos saca una sonrisa. 
Feliz Lunes. 

jueves, 8 de agosto de 2013

Primerísimo Primero

Recuerdo que había una época, allá antaño -será como dos años-, en la que podía escribir religiosamente al menos una entrada en el blog por día. ¿Que ha pasado con esos tiempos? 
Después de tener mi último blog abandonado como por más de un año, vuelvo al ejercicio de la carpintería redactora. Aunque ahora tengo el doble o triple de ocupaciones que hace dos años, voy a intentar volver por estos lares con más para comentar y contar.  
¡Sean todos bienvenidos!